Si alguna vez has disfrutado de la sensación de la arena o de la harina en tus manos, entiendes por qué los niños gozan las cajas sensoriales.

Las primeras fueron las cajas de arena, pero hoy hay un rango más amplio de materiales que permiten un juego táctil activo para niños pequeños.  Se puede incorporar agua, comida de pájaros o espuma de afeitar, con juguetes y utensilios para que los niños puedan llenar, vaciar y jugar.

Los expertos en desarrollo infantil dicen que los niños mejoran su coordinación entre mano y ojo, exploran y practican habilidades para la vida, juegan cooperativamente con otros niños y desarrollan lenguaje descriptivo, aprendiendo más de sus 5 sentidos.

“Los educadores deben entender la importancia del juego sensorial en el proceso educativo, es la base de las habilidades que los niños usarán para aprender a leer, escribir y resolver problemas de ciencias y  matemáticas.  Una vez que los niños tienen estas experiencias, pueden recordarlas al enfrentar nuevas situaciones” recomienda Kittie Butcher de la Michigan State University Extension.

Acá hay algunas sugerencias para hacer tu propia caja sensorial.

  • Considera siempre el tamaño de los juguetes que incorporarás para evitar que se los traguen.
  • La caja debe ser profunda para que no se dé vuelta y que quepan muchas manos al mismo tiempo.
  • Pon una mantel o alfombra lavable debajo de la caja
  • Los materiales pueden ser: agua, hielo, nieve, crema de afeitar, harina, porotos, avena, fideos secos, arroz, gelatina, bolitas, arena, piedras, etc..
  • Puedes agregar un aceite esencial para además darle un aroma especial
  • Agrega juguetes de distintas formas y texturas, magnetos, letras, animales, etc…

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